A
ti, que cada día me saludas como si fuéramos amigos desde siempre y que luego,
minutos después, me tratas como el enemigo a batir.
A
ti, que eres incapaz de darte cuenta, en el momento evolutivo en que te
encuentras, de que yo estoy para ayudarte y guiarte, aunque me veas como un
contrincante igual que a algunos de los compañeros que te rodean, a los que
debes agradar para que tu puesto en el grupo no sufra demasiado ya que si no…
podrías terminar despreciado por ellos, como tú haces conmigo.
A
ti, que parece no importarte tu futuro y que, sin embargo a pesar de la imagen
de tío duro que se come el mundo, te pones casi a temblar, cuando no te ven los
demás ¡claro! si llaman a tu familia para decirle que no cumples con tu trabajo
diario, ese que sí hacen por ti para que puedas comer bien y vestir tu ropa,
muchas veces de marca, para plantarte ante esa chica que te gusta y ser el
elegido para tal vez un día, si el amor que es ciego se empeña, ofrecerle un
futuro sin ningún tipo de estudio acabado y sin titulación en un país que
siempre ha sido de titulitis total. Tal vez un trabajo que te enganche un poco
cuando pase esta época en la que me maltratas, que te saque adelante en esta
vida en la que nadie regala nada y en la que respeto y esfuerzo van de la mano.
A
ti, que todavía estás a tiempo de recuperar una existencia mejor que la que
vislumbramos cuantos te rodeamos en este curso en que caíste por las
circunstancias, incluyendo a tu familia, cuenta conmigo a pesar de los pesares,
porque estoy convencido de que tras ese personaje que muestras, entre vago y
desagradable, se encuentra una persona recuperable y que en el fondo, aunque
sea muy en el fondo y bajo esa imagen muchas veces de desprecio y chulería,
tienes un buen corazón.
Javier Lozano - 4
- noviembre - 2019
Fantástico artículo!!como siempre nos sirve de reflexión. Gracias por seguir ayudándonos cada día. Bss
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario. Personas como tú sois las que me animáis a seguir por este camino, a veces duro de verdad.
EliminarTendría que haber más profesores como tú!
ResponderEliminarSeguro que los hay, aunque igual al final voy a creer que no abundan. Estoy convencido de que cada día surge alguno más.
EliminarTransmites muchísima esperanza. Nunca cambies. Abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias, aunque te aseguro que cada día me cuesta más luchar contra todas las adversidades que van surgiendo en el mundo educativo. Son demasiados los factores que están incidiendo en este terreno y la educación en esencia, como debería ser, está cambiando y no sé, pero me preocupa. ¿El alumno sigue siendo el centro del aprendizaje? ¿Se apoya al docente? uuuffff hay miles de preguntas que nadie quiere responder.
Eliminar