Ayer
un lunes más, volví a la rutina de siempre, como le ocurre a casi todo el
mundo, así que no puedo ni debo quejarme. Lo que pasa es que después de un fin
de semana como el que acabo de vivir no es fácil encajar dicha rutina con la
misma naturalidad.
Mi
estancia en Logroño, presentando mi nuevo libro el viernes y dando una charla
el sábado, aun siendo en cierto modo trabajo, me alienta a seguir adelante con
estos chicos y chicas que hoy tengo la suerte de tener en mi aula. Verte
rodeado de gente que valora tu trabajo, tu forma de hacer y sobre todo tu
filosofía de vida educativa no tiene precio, sentir el calor y el cariño de
esas familias que ven en ti, y así te lo expresan, un rayo de esperanza es más
que estimulante. Este fin de semana ha sido en tierras riojanas, pero antes
hubo otros lugares en distintos puntos de España, que no nombro para evitar olvidarme
de alguno, y pronto visitaré más donde espero dejar esa pequeña semilla, ese
pequeño destello de esperanza que incite a la reflexión y a la acción en sus
ciudades, en sus colegios, por el bien de esos tesoros que los chicos y chicas
y por los que merece la pena que todos estemos lo más unidos posible. Si además
tenemos en cuenta que si logramos acercarles a la felicidad, también de rebote,
conseguimos que sus familias lo sean y en ellas exista un ambiente mucho más
agradable de lo que suele ser a veces por este tipo de trastornos, ya es como
para sentirse más que contento.
Compruebas
que has sido útil a mucha gente desde las ondas de un programa de radio, un
videochat desde el diario local o un artículo desde el mismo, y te alegras de
haber invertido un montón de horas. Por si era poco, cada persona que se acerca
a que le dediques tu libro te regala un poco de su existencia, te abre las
puertas de su corazón y te abraza con una sinceridad que te reconforta el alma.
Y por si no fuera bastante, ves que se llena el lugar donde se celebra el acto
previsto por la asociación organizadora y que a la gente le cuesta marcharse,
quedando muchos de los asistentes formando pequeños corrillos comentando entre
ellos lo tratado. Algo ha prendido y es la llama de la reflexión, como
pretendía yo cuando me puse ante ellos. Además aún algunos asistentes, madres
en su mayoría se acercan a darte las gracias animándote a seguir por el mismo camino.
Tras
el último viaje a tierras riojanas, y mientras llega el siguiente en poco
tiempo, vuelvo a sumergirme en mi día a día, con mis alumnos y alumnas que me
aprecian (como yo a ellos), con sus familias que me necesitan (como yo a ellas)
y trato de aplicar en mi día a día (cuando puedo y me dejan) todo aquello que
cuento a cuantos quieren acercarse a escucharme. Espero que sirva a todos
cuantos me acompañan en este ilusionante y a veces también desesperante camino.
Trataré de hacerlo de la misma forma y poniendo siempre mi ilusión y todo mi
corazón, hasta el último día de mi vida.
Que alegría volver a ver a mi profesor "el Lozano" después de 15 años, mi tutor en primero y segundo de ESO.
ResponderEliminarHe leido un artículo a través de un grupo de TDAH de fb, era del periódico de la Rioja y no me lo podía creer, he buscado como loca para saber más.
Soy psicóloga, y estoy de acuerdo en lo que has hablado en dicho artículo. Sin un trabajo multidisciplinar es muy difícil avanzar. Si ponemos cada uno nuestro granito de arena, el camino es más sencillo para la evolución del niño.
Un saludo,
(De todas las Saras de aquel año, yo soy la López)
¡Qué ilusión también para mí! Estoy totalmente de acuerdo en lo que dices. Cuando puedas trata de ponerte en contacto conmigo, me gustaría mucho volver a verte. Besos
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