martes, 12 de abril de 2016

Te invito a un examen

Hoy toca control de matemáticas en un grupo de primero. Daría igual de otra asignatura y también el grupo. La dinámica que se desata nada más entrar al aula es muy similar, pero retrocedamos unos metros. Te invito a entrar. ¿Te apetece acompañarme?

Me acerco al aula, abro la puerta y van entrando chicos y chicas para colocarse en sus pupitres, no sin antes acercarse al final del aula a dejar sus abrigos en las perchas, eso sí, ya de paso una charrada no viene mal para terminar la conversación iniciada minutos antes de entrar y que parece o tener fin.

Les dices suavemente que se sienten, que ya va siendo hora de dejar la charla para después, que el tiempo corre y que más tarde lo van a necesitar. La mayoría se va sentando mientras algunos, como si su oído captara otra longitud de onda siguen a lo suyo.

Empiezas a repartir los funestos papeles y recuerdas que ya no se puede hablar, eso como media docena de veces. Por fin se llena la clase de silencio cuando una mano se levanta…

        -    ¿Qué día es hoy?
        -    12  -contesto amablemente-
     -   Gracias.

El control sigue y otro alumno me llama.

      -    ¿Puedes venir?

Voy y me pregunta que si en tal pregunta tal hay que calcular el resultado.

   -    Anda, mira bien el enunciado ¿qué pone? -le digo-

Una sonrisa se dibuja en su cara al ver que pone en negrita “Calcula” el resultado.

De repente, cuando ya llevamos un buen rato, vuelve a levantase otra mano…

   -     ¿A cuánto estamos?
    -  A 12 como al principio, solo llevamos unos minutos más. A ver, por favor, atentos todos un momento, el día no va cambiar hasta las 12 de la noche, así que hasta que termine el examen estamos a 12, podéis estar tranquilos. ¿De acuerdo?
      -   Ya he terminado -se oye por la tercera fila y se levanta para traérmelo-
   -   Sabes que siempre los entregamos todos a la vez ¿recuerdas?

Con cara de extrañeza vuelve a su sitio y se sienta.
   -    ¿Estamos a 12?

Respiras hondo, muy hondo y contestas como si fuera la primera vez que escuchas la dichosa preguntita.

   -    Sí, todo el día.
      -   ¿Lo puedo entregar que ya he terminado?

Así discurre un control cualquiera en un grupo cualquiera, de un colegio cualquiera, os lo puedo asegurar. Esto es solo una muestra para que os hagáis una ligera idea, el resto pasa entre preguntas que no puedes contestar porque te preguntan directamente la respuesta o porque quieren que les confirmes si lo que te cuentan es lo que hay que contestar.

Si esto es así en un examen en el que tienen que concentrarse ¿Qué no va a suceder a mitad de una clase donde la ventana nos llama con su luz transportándonos al exterior y de ahí a vete tú a saber dónde? ¿Qué no va a ocurrir si vemos pasar una notita de papel entre dos compañeros o si por el aire vuela una conversación llena de cotilleos sugerentes? ¡Vamos! Que si alguien se aburre un día de estos os invito a que me acompañéis en cualquiera de mis clases. Seguro que no os vais a aburrir. ¡Ah! Seguimos a 12.
Javier Lozano, 12 abril, 2016

4 comentarios:

  1. Como siempre me encanta,por cierto a q día estamos???jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias una vez más por tu comentario. Hoy ya no estamos a 12, que cada veinticuatro horas lo cambian. Ya es 16, que he tardado un poco en contestarte.

      Eliminar
  2. Me encanta, que paciencia la tuya que suerte tienen tus alumnos...sigue igual...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Paqui. Es que en nuestro trabajo si no tuviéramos paciencia, mucha paciencia, mal, y aún así a veces... De todos modos la suerte la tengo yo con estos chicos y chicas que cada día nos enseñan algo nuevo y nos sorprenden con su cariño a lo mejor después de habernos desquiciado en algún momento, pero si no sería muy aburrido, aunque mucho más tranquilo.

      Eliminar