sábado, 31 de octubre de 2015

Algunos padres...

El lunes pasado entro en un aula y entrego los controles de ciencias de la naturaleza realizados por los alumnos el viernes anterior. Tras comentar a nivel general los resultados, cada uno de ellos se enfrenta a su calificación, la que ha obtenido tras su trabajo y estudio de las semanas anteriores en el mejor de los casos, en la mayoría tras el estudio rápido superficial y a todas luces insuficiente de la última tarde.

Unos, bastantes, se alegran por sus buenos resultados, otros, al ver sus errores se lamentan. Alguno me pide que le aclare alguna cosilla y siempre hay quien trata de ver si te saca algún punto olvidado entre líneas aunque sabe de antemano que está mal, pero casi siente como una obligación el intentarlo. De repente observo algo que nunca me gusta ver, unas lágrimas corriendo por las mejillas de un alumno. Tras hacerle ver que estoy con él, que voy a apoyarle y darle mil razones más que le animen, veo que no hay manera de consolarle y que, lejos de ceder en su llanto, aumenta en intensidad y contesta con un poco de rabia.

Casi después de estar la hora de clase entera compruebo, como ya me temía desde el primero momento por haberlo vivido en otras ocasiones, cuál es el verdadero problema. Lo intuía desde el primer momento. “Es que mis padres me van a castigar”. Les explico que, como yo hacía con mis hijas, les tienen que valorar su esfuerzo y no solo las calificaciones. Me contesta una chica, y a su alrededor se hace coro, que todos los padres no son como yo y que a ellos les castigan por esas notas sin mirar nada más.

Yo siempre me quejo de algunos profesores que, debiendo valorar aspectos tan importantes como el esfuerzo, el interés, etc. valoran más las calificaciones, esos números que no lo son todo, pero ¿y los padres? Necesitamos que nos apoyen porque estamos haciendo entre todos un trabajo que debería ser de equipo, cada uno en su puesto. ¿Por qué entonces hay padres, no todos ¡menos mal! que piden a sus hijos esos números y si no arremeten contra ellos? Además de un miedo que atenaza a los alumnos ¿Qué consiguen con los castigos? Aun suponiendo que tuvieran un valor, que sin duda no tienen casi nunca ¿Son justos? Ese cinco, seis, siete… al que un padre pide a su hijo que llegue ¿es el lugar al que tiene que llegar? o tal vez sea capaz de más ¿Puede? O a lo mejor un cuatro para él es un diez.

Para que un alumno optimice su trabajo tiene que sentirse apoyado por todos, profesores y familia, sentirse querido y valorado, pero sobre todo comprendido en sus dificultades y aliviado en sus problemas, motivándole siempre y sin perder nunca el norte que le van a marcar unas normas y unos límites que le enseñarán desde el respeto y promoviendo en él valores como el esfuerzo o el trabajo bien hecho.

Los que hacéis esto con vuestros propios hijos ¿A qué estáis jugando? ¿No veis que la mayoría de las veces conseguís el efecto contrario al que tanto deseáis? Miradles a los ojos y leed en ellos para aprender de sus miedos todo lo que no aprendisteis en el inexistente manual de padres.

(Por agilizar la lectura hablo de padres en general, por no poner cada vez padres y madres a quien me refiero indistintamente o en conjunto)

                                               Javier Lozano 29 - Octubre - 2105    

6 comentarios:

  1. Por un lado, estoy totalmente de acuerdo, pero por otro.... ¿quien establece el sistema de notas? ¿quien dice que un 4 es INSUFICIENTE? Yo, como madre no, desde luego... Nos piden que no juguemos a un juego que han creado ellos y del que han creado las normas... ¿y ahora nosotros no tenemos que pensar que un INSUFICIENTE no es suficiente? ��... Acaso será ese 4 logrado con tanto esfuerzo suficiente para pasar el curso? Para hacer que se sienta motivad@?... Creo que no me gusta este juego.. Si las notas no son importantes, no las pongan señores, si lo que hay q valorar es el esfuerzo, valoremoslo, pongamoles notas x esfuerzo... Insisto, Este doble juego no me convence demasiado... ��. Conste q comienzo diciendo q estoy muy de acuerdo, los padres y madres no debemos aumentar la presión, pero conste, que esta presión viene dada x un sistema, para mi gusto muy arcaico, y eso es lo que hay que cambiar. Al fin y al cabo, lo único que hacemos es seguirles el juego... ;)

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    1. Gracias Rosana. Estoy de acuerdo contigo, de hecho por eso pensé en que lo que algunos padres hacen con sus hijos no está bien, al fin y al cabo les hacen el juego a los que tú te refieres. Lo malo, desde el punto de vista del profesor, es que estamos excesivamente encajonados y aunque siempre se habla de innovar y de ser creativo tenemos las manos totalmente atadas por multitud de factores, y por la burocracia sin ir más lejos. Yo trato siempre de valorar ese esfuerzo que hacen los alumnos y les animo a seguir, incluso se lo explico a ellos para que sepan que lo importante para mí, y para ellos es superarse. Salirse de un sistema es muy difícil, pero te aseguro que yo constantemente trato de valorar escrupulosamente todo lo que hacen mis alumnos y alumnas.

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  2. Muchas veces nos vemos arrastrados

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    1. De acuerdo en cuanto a que de algún modo tenéis que hacerles trabajar, pero yo me refería a esa presión de algunos padres que no miran nada más que esas dichosas notas, haciendo que el chaval esté presionado y asustado si consigue las expectativas de los padres.

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