domingo, 14 de diciembre de 2014

¡País de locos!

Por fin conseguí cama en una planta casi al filo de la madrugada.  Hoy, dos días después, sigo esperando una resonancia que nadie sabe cuándo me podrán hacer porque se supone que hay mucha gente para lo mismo. Ante esta situación me siento mal, pero no físicamente, porque no se sabe si serán cuatro, cinco días o, tal vez, una semana o más. Simplemente me da un cierto rubor, un cargo de conciencia.

Yo ocupo, sin estar enfermo,  una cama (hay personas con nombres y apellidos, e incluso dolores, esperando una, casi hacinados donde yo estuve casi dos días). Esa cama cuesta un montón de dinero diariamente (mientras, hay mucha gente que no llega a fin de mes y algunos no tienen qué comer y con lo que yo estoy dilapidando a diario, una familia se apañaría muy bien). A mis alumnos, a los que echo mucho de menos, aunque estarán perfectamente atendidos, han tenido que ponerles a una persona que me sustituya (único dato positivo pues así tiene trabajo algún tiempo) con lo que eso supone económicamente (a la vez hay personas sin poder pagar la luz ni encender la calefacción en lo más crudo del invierno).

Tras todo esto, he dado mis argumentos, me he cansado de decir que falta mucha, pero mucha sensibilidad y la única respuesta que he recibido ha sido paciencia, que tenga mucha paciencia, que esto es así. Como mucho, que es culpa de los de arriba. Prefiero no pensar en quiénes son los de arriba después de todos los trapos sucios que estamos viendo salir a la luz en los últimos tiempos. Pero ¿de verdad que no podemos hacer nada? Yo lo he intentado desde esta cárcel sin rejas donde no hay jabón en el baño o solo dos duchas para toda una planta. ¿Que es viejo este hospital? Pero si lo remodelaron hace unos años. ¡Ah! que la reforma debió depender de los de arriba.

Mientras tanto, sin estar enfermo, por el simple hecho de estar aquí aparcado, después de pedir argumentos sólidos, voy a permitir que me pinchen eparina mientras espero que me puedan hacer una prueba radiológica, una simple resonancia. ¡Estoy harto! ¡País de locos!

                                                   Javier Lozano 11 - Diciembre - 2014

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