Cada curso, en estos días
iniciales, pienso en lo importante que es acertar con la personalidad de cada
alumn@ que tengo delante, que espera sin saberlo ¡qué paradoja! lo mejor de mí.
Cuando los veo con sus caritas expectantes, esperando mi actuación, observo
minuciosamente sus rostros, sus miradas, sus gestos, todo aquello que me dará
pistas de cómo enfocar mi trabajo.
Al
final deduzco, como en cada uno de mis ya muchos años de profesión, que en su
interior hay algo clave que es vital para su desarrollo positivo, para que
tanto sus relaciones humanas, como su aprendizaje tengan el éxito que merecen,
empujados por su creatividad y su responsabilidad personal. Se trata de su
autoestima. Ella será la que les asegure que todas aquellas capacidades
personales con las que llegaron a esta vida se desarrollen de la mejor manera posible
abriendo un abanico de posibilidades que les ayuden a ser felices en cada día
de su existencia.
Si
conoces a una personilla con TDAH sabrás que tal vez es lo primero que tenemos
que potenciar para que salga adelante, a pesar de los problemas del trastorno,
ese compañero de viaje, incómodo, pero con el que hay que convivir a diario.
¿Nos
planteamos cómo llegan ante nosotros? ¿Qué podemos hacer por ellos? Yo me
encuentro con demasiados casos, más de los que sería deseable, en los que el
objetivo a lograr es recuperar la autoestima que muchos niños han ido perdiendo
por el camino, en mil batallas ante padres ignorantes de su función en muchos
casos, tanto por defecto como por exceso, y por profesores (lo de maestros a
algunos les viene muy grande), que no han sabido llegar más allá de aquella
suma, batalla o víscera de tal o cual bichejo abierto en canal en un dibujo del
libro.
Nadie
tiene la clave pero si conocemos su esencia. Cualquiera con un poco de vista y
algo de sensibilidad podría, al observar a quien tiene ante sí, por sus hechos,
por cómo se comporta en casa situación, cómo anda de ese sentimiento tan
esencial que es la autoestima.
Trata
de hacerle sentir importante, que vea que le aprecias y se sentirá especial. Si
en su trabajo diario valoras que ha hecho lo que tenía que hacer, será feliz
porque sabrá que está en el camino correcto, especialmente si le ha costado un
buen esfuerzo. A partir de ahí se sentirá capaz de afrontar cualquier situación
sin miedo, sintiéndose capaz de lograr finalizarla aunque le cueste. Su escala
de valores se irá reestructurando y redundará en sus actos futuros, a corto,
medio y largo plazo.
La autoestima es este cúmulo de percepciones, sensaciones y sentimientos que nos hace creer en nosotros mismos y en los que a nuestro alrededor nos apoyan, consiguiendo, con un poco de buena voluntad sacar lo mejor de nuestro corazón. Si lo utilizamos con nuestr@s alumn@s el éxito estará más cerca, pero de momento conseguiremos que sean mejores personas, porque cuando se tiene poca autoestima disminuye alarmantemente la posibilidad de que el aprendizaje y las relaciones humanas tengan éxito y, por lo tanto, en muchos aspectos más de la vida.
Desde
mañana mira cara a cara a tu alumno en la distancia y descubre por qué actúa
así, pues cada acto en su quehacer diario tiene una explicación, y nosotros
estamos ante ellos para algo más que impartir conocimientos, somos las personas
que pueden ayudarles a salir de problemas que tal vez están en el subsuelo de
su sistema emocional y que se esconden tras una risilla nerviosa o una mala
contestación. ¡Ánimo padres y maestros! No desfallezcáis, ellos nos necesitan.
Seguiremos hablando del tema.
Javier Lozano – 21 –
Septiembre - 2014
Se podía explicar mejor??? Cada uno poniendo su granito de arena será fundamental para que lleguen sobretodo a ser FELICES.
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