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Yo, al llegar estas fechas, voy pensando -en realidad lo hago desde el
último día de curso casi y puedo asegurar que me gustan mucho también las
vacaciones, ya sé que es casi una enfermedad lo mío- en cómo serán los
nuevos alumnos que me van a tocar en suerte, qué podré hacer para que formen un
grupo cohesionado que me permita acompañarles mejor en estos dos cursos que van
a estar conmigo y sueño con que sea un puñado de buenos chavales con unas
familias que respondan por ellos y les apoyen. ¿Cómo volverán aquellos del año
pasado con los que conseguí pasar un buen curso? ¿Habrán cambiado mucho en este
verano de adolescencia efervescente? Eso es para mí la vuelta al cole y mis
coleccionables son sus caras, sus expresiones, esos sentimientos que me ayuden
a servirles mejor.
¿Qué será la vuelta al cole para ellos? ¿Y para sus familias? Quiero pensar
que para los primeros será un perezoso empezar tras dejar atrás amigos y
diversión, aderezado de una ilusión por conocer nuevos compañeros y profes,
situaciones y lugares que les lleve a sobrevivir al comienzo para después
seguir con ilusión aprendiendo cosas nuevas. Para sus familias espero y deseo
que no sea un simple aparcamiento de hijos, sino el comienzo de un periodo
nuevo en el que con el esfuerzo común conseguir metas que redunden en nuevas
posibilidades de futuro.
Así pues tomémonos con calma la vuelta al cole, sin el entusiasmo de los
anuncios televisivos, pero sin con una renovada ilusión por alcanzar nuevas
metas a las que nos lleve un esfuerzo diario promovido desde casa y alentado en
la escuela, tratando de coleccionar alegrías a base del propio trabajo y el
reconocimiento de cuantos les rodeamos.
Mis mejores deseos para todos. A las familias, para que tengan la fuerza
suficiente que les permita mantener la educación necesaria, basada en unos
principios y unas normas muy claras pero flexibles, para que nuestros jóvenes
aprendan a trazar su propio camino. A nosotros, los profesores, paciencia a
raudales para poder coordinar todo lo conlleva una labor bien hecha por el bien
de los alumnos, los ojos bien abiertos para aprender todos los días de ellos y
muchas ganas de renovarnos constantemente. A los alumnos que piensen que solo
con el esfuerzo se valora realmente lo que se consigue y que sean capaces desde
el primero momento de abrir los ojos ante el mundo que tienen delante.
A todos y cada uno de los que conformamos este puzle que es la educación,
mucha suerte en su particular “vuelta al cole”
Javier Lozano 26 –
agosto - 2014
Me ha gustado mucho tu reflexión. Me pregunto si hay muchos profesores como tú que se planteen su nuevo año escolar con esa ilusión e interés. Te felicito y animo para que no decaiga ese ánimo que siempre se siente en tus reflexiones. Yo animo a los padres a encarar el nuevo curso con optimismo, y esperar que los profesores colaboren con nosotros y nuestros hijos como los padres de hijos con TDAH casi siempre estamos. Un abrazo Javier!
ResponderEliminarGracias Asun. Estoy convencido de que cada vez somos más los que lo hacemos por el bien de nuestros alumnos. Yo te aseguro que procuro mostrarme ilusionado ante ellos porque creo que tienen que tener delante un docente que les contagie el interés por el aprendizaje y por colaborar en él. A veces no estamos en nuestro mejor momento anímico pero el alumno, en ese instante al menos, no lo debe notar.
ResponderEliminarEsperemos que sea un curso de colaboración entre todos. ¡Ánimo!