
Cuando ya estábamos
cerca, un grupito de chicas de 2º de ESO, de las que hacen que pienses que
merece la pena tu trabajo, se han acercado y me han rodeado como suelen en
estos casos para demostrarte un cariño que ya notas en clase en su forma de
tratarte, en su comportamiento o en sus
miradas. Estaba en ello cuando de otro de al lado, unos metros más allá,
se ha acercado otra chica a la que no le doy clase y con la que nos saludamos
por los pasillos como con otros muchos alumnos de la escuela, acompañada por su
correspondiente pandilla. Quería hablar conmigo.
Al llegar a mi lado
me ha preguntado cuando podía atenderla en algún otro momento un día de estos.
Le he dicho que en cualquier recreo o hueco que yo tuviera libre, que sabía que
podía contar conmigo. Entonces me ha contado su problema allí delante de todas
sus amigas.
- Es que ¿sabes? Tu
libro de Juanito, el que me dedicaste, se lo presté a una amiga.
- Y te lo ha
perdido – le he cortado yo enseguida.
- No. –me ha
respondido la chica. Pero me he comprado otro.
- Entonces ¿qué ha
pasado? ¿Se lo has regalado?
- Es que tiene un
perro y se lo ha comido.
Lógicamente nos
hemos reído todas las personas que estábamos allí y a mí me ha quedado esa
sensación que pocos escritores han debido tener. Sabía que el libro ha sido un
éxito y que hasta la 2ª edición debe estar a punto de agotarse, pero jamás
había ni siquiera imaginado que pudiera gustarle a los perros. Tal vez proponga
una nueva edición, eso sí, ésta exclusiva para canes.
Ha sido divertido y
hemos quedado para dedicarle con todo cariño el nuevo. ¡Cómo nos hemos reído!
Zaragoza
26/09/2013
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