Hoy la mañana ha salido gris después de muchos días. Me refiero al tiempo, no al corazón, cuya tonalidad grisácea hace ya demasiado que solo algunos rayos de sol consiguen hacerla desaparecer por momentos, aunque luego vuelva a teñirse de nuevo.
Tras el cristal las gotas siguen su camino hacía el suelo sin remedio. Un grupo de ellas, impulsadas por esa tensión superficial innata que inunda su acuoso corazón, se quedan pegadas a él haciéndome compañía mientras suena de fondo música sinfónica de tango de una orquesta que hace esta mañana de silencios y soledad, llena de recuerdos y nostalgia, más llevadera.
Fco. Javier Lozano 2 – septiembre – 2023
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