Todavía recuerdo
tu sonrisa de aquella tarde cuando nuestras miradas se cruzaron. Yo firmaba
libros tras la mesa después de la charla en el Hospital Municipal de Badalona.
Tú, acompañado de tu esposa, llegabas con mi libro “Juanito y su TDAH” en la
mano para que te escribiera una dedicatoria muy especial, porque era para tu
hijo Jose. Habías hecho unos cuantos kilómetros para conocerme y escucharme y eso
me emocionó.
Hasta
ese momento habíamos cruzado unos mensajes donde me aclarabas que no solías
poner muchas cosas en tu muro, pero que me seguías y leías todo lo que yo ponía
porque me apreciabas. El primer contacto lo recuerdo. Fui yo quien quiso saber
si la otra persona que me pedía amistad con tu nombre eras también tú o alguien
se quería hacer pasar por ti. Me lo aclaraste: “Hola Javier, yo solo tengo una cuenta. Igual has visto a ------ es mi
hijo (tiene TDAH), tiene 10 años, y hace un tiempo que le hice esa cuenta y de
tanto en tanto según se porta se lo dejo un ratito, y hoy ha estado mirando
cosas del TDAH. Es un tema que hablamos mucho en casa y últimamente tú has
estado presenta en las conversaciones. Aquel mensaje y la preocupación por
tu hijo, que me transmitiste en varias ocasiones más, hicieron que pasaras a
ser amigo de verdad, sin las comillas que hay que poner a muchos “amigos” en
las redes sociales.
Hoy
un joven se ha dirigido a mí a través de un mensaje. Era tu hijo y me decía que
tras leer mi libro, el que tú le diste, cree que puedo ayudarle. Le he dicho
que sabía quién era porque su padre me había hablado de él. Me ha comentado que
pensaba que yo podía ayudarle tras tu fallecimiento ya en el mes de octubre
pasado por un infarto. Me he quedado helado. Entonces me he acordado de que el
oso Yogui llevaba tiempo sin comentar nada, sí, el dibujito que tenías en lugar
de tu foto. Ahora lo entiendo todo.
Más
tarde, cuando he podido reaccionar y las lágrimas han sabido mantenerse a raya,
tras comprobar en tu perfil todavía abierto que no era una broma pesada, he
tenido una conversación con él en la que he podido constatar tu trabajo como
padre, la personalidad de un chico que quiere superarse y que ante todo sigue
creyendo en ti, que día a día recuerda lo importante que eres para él y la
huella imborrable que le has dejado. Seguro que su madre, que hoy lloraba al
saber que hablábamos recordando aquella bonita noche de Badalona, hace lo
imposible por llenar tu vacío.
No
te conocí todo lo que me habría gustado pero las personas cómo tú, y siempre me
han dicho que para eso tengo un sexto sentido, se ven enseguida. Quiero desde
aquí, darte las gracias por aquel viaje para conocerme, por tus palabras
siempre de admiración hacia mí y a mi trabajo, pero sobre todo por haberme
permitido conocerte a ti y poder comprobar que el que ha hecho un trabajo
admirable como padre y que debe ser elogiado de verdad, eres tú. No creo que te
olvide jamás. ¡Vaya tarde que me has hecho pasar amigo!
¡Hasta
siempre Jose!
Javier Lozano - 2 - Septiembre - 2015
Gracias por estas palabras. Tuve la suerte de conocerle, a él y a toda su familia. Se lo merecen todo! Nos ha dejado un vacío muy grande, era una persona excepcional, irrepetible, como él ninguno.
ResponderEliminarNo me des las gracias Sonia, son muy merecidas y seguramente se quedan cortas. Totalmente de acuerdo contigo. Besos
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