domingo, 27 de mayo de 2018

Un mundo mejor es posible


Ayer tuve la suerte de poder convivir una día entero en Épila con gente que vive la educación, no la de los libros y papeles, no la de aquí mando yo, ni la de tú estate quieto, tampoco esa de jerarquías establecidas en aras de una tranquilidad que termina engordando egos y que marca distancias entre personas que deberían trabajar de la mano, nada de eso, nada de individualismos ni de alcanzar medallas imaginarias en pechos que tampoco las merecen. Pude constatar una realidad que se está produciendo en la comarca de Valdejalón y que supongo que, igual que todo, tendrá sus detractores pues aún tengo que conocer el primer proyecto que cueste esfuerzo y que guste a todo el mundo.

Vi docentes ilusionados, algunos de estar solos y perdidos, casi abandonados a su suerte en un pequeño pueblo, han pasado a conocer lo que hacen todos sus compañeros en los pueblos dispersos por toda la comarca, conformando una auténtica red, hoy que tanto se habla de redes de todo tipo. Haciendo una formación que más parece reunión de amigos que se divierten con lo que hacen, en vez de tediosas sesiones formativas sin interés alguno para no sé sabe muy bien qué objetivos a pie firme.

Conocí a familias ilusionadas al no verse solas, al ser llamadas a colaborar con los centros, pero no cómo suele hacerse siempre de forma casi simbólica, sino de verdad, en el día a día y según sus disponibilidades, participando en cuestiones casi siempre vetadas para ellas. La LOMCE consiguió alejar a  las familias sibilinamente de los centros educativos mientras que este proyecto está consiguiendo de manera clara y contundente el efecto contrario, sin trabas, sin tapujos, a cara descubierta.

Por fin conocí gente que se dedica a la política, aunque sea en pequeñas localidades, que permanece en unas jornadas desde el primer segundo hasta que nos despedimos todos a la salida en el último instante, sin una excusa, problemas de agenda o mil reuniones. En esta ocasión no, porque el objetivo final necesita también de ellos.

Nos reunimos muchas personas de todo Aragón, de toda España y hasta de Portugal, se hicieron multitud de talleres y ponencias, y pendientes de todo ello allí estaban los verdaderos protagonistas de todo este movimiento educativo, los jóvenes, chicos y chicas que esperan un futuro mejor y para eso trabajan por ello como los que más, pero para lograrlo deben ser apoyados y ayudados hasta el extremo por toda la Comunidad Educativa que conforman cuantos asistentes de ayer os he nombrado, docentes, familias, instituciones… aunque como decía los auténticos artífices del éxito de este proyecto son ellos, como lo han sido estos dos días. Es difícil imaginar un evento de tal magnitud donde desde la recepción de asistentes hasta la solución de problemas de tipo organizativo, informáticos, de esos de resolver en cuestión de segundos, asistencia a ponentes, servicio de cafetería y todo lo imaginable estuvo controlado a la perfección por chicos y chicas muy jóvenes con una decisión y una efectividad que nos sorprendió a todos.

Detrás de todo esto hay instituciones, asociaciones, centros y mil cosas más, pero sin estos jóvenes y la unión e implicación por ellos y por un futuro mejor para todas las personas que convivimos juntos nada sería posible. Después de asistir como ponente a estas II Jornadas de Educación “Valdejalón por la Educación” tengo la sensación de que un mundo mejor sí que es posible.

Javier Lozano, 27 – mayo - 2018

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