viernes, 10 de agosto de 2018

A pesar del calor de agosto


Este miércoles pasado tuve la suerte de acercarme por Malanquilla, un bonito pueblo de la comarca de Calatayud, al que siempre me habían invitado a ir un par de buenos amigos, tanto Patricia, alumna de un seminario de TDAH hace unos años en la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, como Miguel, al que me une nuestros años jóvenes por el Stadium Venecia de nuestra ciudad, alrededor del fútbol.

Desde mi llegada todo fueron atenciones por parte de Miguel, acompañado de Violeta, su esposa, desde el magnífico rancho que él mismo había preparado para comer hasta la visita previa a mi charla por todo aquello que tiene especial relevancia en la localidad a nivel histórico. Vimos cosas tan interesantes como el molino de viento que majestuoso parece vigilar el pueblo desde su llanura hasta la antigua nevera donde se guardaba la nieve para su posterior uso, el lavadero o el bonito retablo de su la iglesia o su espectacular sagrario.

Pero el objetivo principal era acercar a los habitantes del pueblo que estuvieran interesados algunas nociones del TDAH y cómo abordarlo desde la familia. Cuando uno dice que sí a un amigo como Miguel en pleno mes de agosto, sabe que lo más importante no es que haya más o menos gente, sino que aquellos que vayan a compartir ese tiempo contigo lo disfruten.

Entramos en la sala media hora antes para que todo estuviera a punto. Poco a poco comenzaron a entrar las primeras personas, y así hasta llenar el total de asientos. Parecía increíble, con ese calor, las vacaciones… y lo mejor, varias madres preocupadas por el trastorno en sus hijos e incluso tres o cuatro maestros. La verdad es que me gustó.

Por si fuera poco me regalaron dos libros muy interesantes, uno Jesús Marín, su autor, “Crónica sentimental de Malanquilla (1880-1980)” y otro Miguel, amigo del otro Miguel, mi amigo titulado “Traslaciones España México” al enterarse de mi próximo viaje en pocos días.

La experiencia de Malanquilla fue muy agradable por el trato de la gente, por el ratito pasado con los amigos y sobre todo por el gran interés de la gente del pueblo por saber más del tema que presenté bajo el título “Conocer a alguien con TDAH y cómo ayudarle”. Habrá que volver.

Muchas gracias a todos
                                                            Javier Lozano - 10 - agosto - 2018

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