viernes, 24 de julio de 2020

Las familias ante las dificultades


Cuando parece que el calor de este verano, extraño y hasta absurdo en muchos de sus momentos, intenta derretir nuestros recuerdos de los angustiosos meses pasados, vuelven a resurgir de sus cenizas todavía incandescentes como si esperasen ser avivados de nuevo por el fantasma de la pandemia.

Hoy me gustaría mencionar a esas familias que se volcaron con sus hijos, apoyándoles en su trabajo dentro de sus posibilidades de tiempo, medios y hasta de conocimientos, que en muchos casos no tenían por qué tener. Unos tuvieron que compartir medios tecnológicos por el teletrabajo parental, el lugar de trabajo y tantas cosas, dejando por el camino cuestiones personales, familiares o de pareja, para que sus hijos pudieran llegar a la meta que en otro momento hubieran visto desde el otro lado de la barrera. A todas esas familias, de cualquier tipo, debemos agradecer parte del mérito que nosotros hemos tenido, porque sin ellas habría sido imposible culminar nuestra tarea docente desde el otro lado de un triste y frío monitor.

Fueron momentos duros para todos, en los que cada alumno reaccionó según su madurez, la que su corta edad ha conseguido fabricar. Como comentaba en el artículo anterior, en unos casos la reacción duró casi los tres meses, en otros un mes antes de finalizar el curso las fuerzas les comenzaron a flaquear, en ciertos casos nunca aparecieron y en otros sorprendentemente lo hicieron todo en el último momento y casi perfecto.

En todas y cada una de las situaciones enumeradas las familias estaban detrás de algún modo. En el primer caso atentas, pues siempre lo han hecho y la responsabilidad forma parte de la personalidad de sus hijos e hijas. En el segundo serían lo que yo llamaría padres o madres sombra, siempre tras sus hijos para que hicieran su trabajo. Los desaparecidos son casos que seguramente habría que analizar profundamente desde distintos aspectos de situaciones familiares complicadas por trabajo, relación y muchas otras circunstancias que lo convierten en un caso de un complicado análisis.

Caso aparte son esas últimas personas, algunas sin hacer absolutamente nada en un par de años, y que de repente entregaron todo de forma sorprendentemente maravillosa. ¿Milagro? Siento desilusionar a quien así crea, pero no. Padres, madres, hermanos, primos y demás seres blanditos y caritativos que prefirieron hacerles el trabajo antes que formar su carácter marcando tiempos y metas, antes que desarrollar su personalidad en el valor del esfuerzo, tan escaso en nuestros jóvenes actualmente, dejando que, pobrecitos, vivieran este periodo sin agobios, sin tensiones, esas que sus compañeros, los padres de estos y nosotros hemos vivido y que nos han enseñado algo más para nuestra vida.

A todas estas familias, las menos por suerte para sus hijos, les pediría que reflexionen y que se preparen cuando al curso siguiente, presenten esas carencias en las asignaturas afectadas y que, al no llegar a los conocimientos exigidos para poder aprobar, sepan a quién culpar y antes de hacerlo recuerden lo que han hecho este tiempo y se olviden de señalar al niño y menos aún a sus profesores. Los culpables estarán más cerca de ellos.

Desde aquí, mi sencillo y merecido homenaje a las familias que supieron ejercer como tales, con el objetivo claro de ayudar a sus hijos e hijas a fortalecer su seguridad en sí mismos, a crecer en responsabilidad o a saber ayudar a sus compañeros, a todos ellos gracias porque además han sido muchos los que, en privado o en general, han sabido agradecernos también al profesorado nuestro esfuerzo en todo este tiempo que tanto queremos todos dejar atrás cuanto antes.

Me gustaría también pedir que, al curso que viene empecemos como empecemos, estemos todos juntos de nuevo, cada uno en nuestro puesto y que los que no lo hicieron como debían, espero que no se ofendan por lo dicho anteriormente, se apunten al carro pues estaremos encantados de contar con todos.

A seguir por el mismo camino por ellos, mi alumnado, vuestros hijos e hijas, por y con los que me gusta trabajar día a día a su lado.

Fco. Javier Lozano, 24 - julio - 2020

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